Para Edcia Alejandra Alcocer Carpio, profesora de español, Shenzhen es una ciudad que tiene mucha diversidad de colores y sabores en un solo lugar, una ciudad de infinitas combinaciones para cada gusto.
“Después de una larga semana de trabajo, uno dice: ‘Me agotó Shenzhen, necesito de un respiro’ pero nos referimos al constante movimiento de la ciudad, por el contrario uno no puede decir que no hay cosas que hacer en Shenzhen, porque la gran gama de actividades están siempre disponibles los 7 días de la semana, como una paleta de colores,” dijo Alcocer.
La señorita, con un nombre larguísimo, viene de Bolivia, un país situado en el corazón de Sudamérica. “Los habitantes chinos me han impresionado de sobremanera por el hecho de conocer a mi país Bolivia, por un atractivo turístico natural reconocido, el majestuoso Salar de Uyuni, pero no así guiados por el nombre de Bolivia, yo con mi básico conocimiento del idioma local pronuncio: bō lì wéi yà, y aún así no lo reconocen por nombre ni ubicación. Sin embargo les digo el Salar, y ellos inmediatamente exclaman: ‘¡Ay sí! ¡El espejo de sal! ¡El espejo de sal!’” contó la boliviana, “Lo cual me pone muy contenta.”
Alcocer viene de una familia tradicional en una ciudad que se llama Cochabamba en Bolivia. Está ubicada en un pequeño valle de clima templado en el centro del país Bolivia. Una vez graduada de la Universidad contaba con un trabajo de servicio al cliente de una empresa internacional, un empleo estable donde normalmente uno culmina hasta su retiro.
Ella había trabajado en ese puesto por aproximadamente cinco años hasta 2013. Una mañana, ella decidió salir de esa rutina, “Yo estaba en el trabajo repitiendo el mismo proceso rutinario día a día y en ese momento, vi la necesidad de hacer un cambio, sin saber por donde empezar, ni hacia donde mirar, lo único que tenía claro, era que necesitaba salir de ese círculo.” recordó ella.
Después de buscar opciones y hablar con mucha gente, Alcocer sabía que mucha gente en su país en ese entonces venía a China para hacer negocios y les iba bien en general. Entonces, decidió venir a probar suerte.
“Pues dije, primero voy a ver qué pasa como turista y a conocer un poco el movimiento, conocer lugares y ver cuál es la metodología que uno utiliza y la logística para hacer este trabajo,” dijo la boliviana.
Llegó a Shenzhen directamente en 2013. “El momento de pisar Shenzhen, después de una corta estancia en Hong Kong, estaba impresionada por la tecnología, lo nuevo y limpio que Shenzhen abría sus puertas ante mis ojos, a pesar que en el 2013 no se compara con el crecimiento de hoy en día.”
Se quedó varios meses aquí, visitando diferentes lugares e investigando sobre el tema de negocios. A ella le gustó mucho Shenzhen y China en general y regresó en varias ocaciones posteriores. Al final el tema de negocios nunca se puso en práctica. “Mi conocimiento en el tema no era suficiente para hacer un análisis del mercadeo y no quise arriesgarme,” dijo Alcocer.
Aun así, después de muchas idas y venidas, incluso una vez trabajando un tiempo corto aquí en Shenzhen, Alcocer se mudó a Shenzhen en agosto, 2019, para tomar el puesto de profesora de español, y sigue hasta el día de hoy.
Para Alcocer, lo de aceptar el trabajo y volver a Shenzhen fue como una llamada del destino. De hecho, la escuela donde trabaja actualmente le había preguntado tres veces si aceptaba el puesto en diferentes ocasiones. Ella tuvo que declinar dichas propuestas porque ya tenía otros planes.
Alcocer trabaja con niños de primaria, desde el primer grado hasta tercer grado. Le gusta mucho trabajar con niños pequeños. Por diferencias culturales, experimentó un golpe muy duro sobre todo el lado sentimental, por ejemplo, en China la gente no tiene contacto al momento de saludar o despedirse de alguien, como la gente en su país o América Latina en general; y también el hecho de extrañar mucho a su familia y a su comida.
“Me ha ayudado mucho el trabajar con niños de primaria, porque ellos me brindan ese calor humano sincero en una sonrisa, un abrazo en cada muestra de cariño que ellos siempre tienen para conmigo y hacen que ese vacío familiar sea más llevadero,” contó Alcocer.
Otro choque inolvidable ha sido una experiencia agradable en China para ella. “La primera anécdota en mis primeros días en China fue muy cómica. Yo llegaba de vivir una vida en Bolivia y en Suramérica, que yo adoro con todo el corazón sin embargo el tema de seguridad ciudadana no es de las mejores, y leí que la seguridad social en China era destacable, algo que me gustó y llamó mucho la atención en ese momento. Pero aún así, mi lado latino de cuidar mucho mis pertenencias seguía latente. Ya a través del tiempo fui relajándome más. A la fecha yo ya me acostumbré a dejar mi celular y mis cosas por todo lado y yo sé que no les va pasar nada, un proceso de adaptación muy positivo.”
Contó que la primera vez que llegó a China, estaba hablando por teléfono y escuchó correr alguien por detrás. “Mi primer instinto latino fue agarrar mi celular con todas mis fuerzas contra mi cuerpo, porque uno aprende a tener estas reacciones en Sudamérica, en mi país. O sea, uno se aferra al móvil si alguien corre de repente cerca de uno, porque siente que le van a robar,” dijo Alcocer, añadiendo que la seguridad social en China ha sido una de las cosas más bonitas que le tocó experimentar.
Vivir en China le ha cambiado mucho la perspectiva a Alcocer. “En el colegio, y el conocimiento en general que teníamos de China, era la capital, Beijing; los famosos osos pandas; que la gente se dedica a la cosecha del arroz; y que se utilizan los sombreros grandes de cosecha, por mencionar entre los datos mas curiosos. Y no conocíamos más a detalle nada. Las reformas de Deng Xiaoping abrieron y cambiaron sin duda una China de antes y después.”
“El libro de texto y la realidad con la que me encontré eran diferentes, yo me dije: ‘Dios mío! Esto no es lo que me han contado! Esto no estaba en el libro.’” dijo Alcocer.
Le encanta mucho vivir en Shenzhen. “Uno encuentra contrastes muy lindos en esta ciudad. Es muy versátil y energética. Shenzhen es muy avanzada, tecnológicamente hablando, por donde uno vaya está limpio, todo nuevo, cada momento uno se encuentra con renovaciones y nuevas construcciones, siempre en movimiento. Al mismo tiempo cuenta con atractivos naturales para poder disfrutar de un fin de semana tranquilo rodeado de la naturaleza. Uno no tiene que viajar por horas para disfrutar de una buena caminata, o para ir a un picnic, lo tenemos todo muy accesible.”
Ahora muy diestra con las aplicaciones chinas como Taobao y Meituan, Alcocer explora y disfruta cada día mucho más. “Ahora, yo soy mucho más china que muchos chinos con el uso de aplicaciones y la búsqueda de promociones. Busco y encuentro de todo, pertenezco a varios grupos de actividades culturales, deportivas o simplemente de recreamiento,” dijo ella muy contenta.